La
laringotraqueobronquitis o crup, es una enfermedad respiratoria que se
desencadena usualmente por una infección viral o bacteriana aguda de las vías
respiratorias superiores. La infección produce inflamación en la garganta, lo
cual interfiere con la respiración normal y produce los clásicos síntomas de
tos "perruna", estridor y disfonía. Puede producir síntomas leves,
moderados o severos, los cuales empeoran frecuentemente durante la noche. Raramente
requiere hospitalización.
El
crup se diagnostica clínicamente, una vez excluida la posibilidad de otras
causas más graves (por ejemplo epiglotitis o la presencia de un cuerpo extraño
en las vías respiratorias). Normalmente no es necesario realizar otros estudios
tales como análisis de sangre, radiografías y cultivos. Se trata de una
condición relativamente común que afecta en algún momento al 15% de los niños,
principalmente entre los 6 meses y 5-6 años de edad. Casi nunca se presenta en
adolescentes y adultos.
El
crup viral o laringotraqueítis aguda está causado por el virus parainfluenza,
en el 75% de los casos, principalmente por los tipos 1 y 2.5 Otras etiologías
virales incluyen influenza A y B, sarampión, adenovirus y virus sincitial
respiratorio humano (VSR). El crup espasmódico está causado por el mismo grupo
de virus que la laringotraqueítis aguda pero no presenta los signos de
infección habituales (como fiebre, dolor de garganta y un aumento del recuento
de glóbulos blancos). El tratamiento y la respuesta al tratamiento también son
iguales.
Staphylococcus aureus |
El
crup bacteriano puede dividirse en difteria laríngea, traqueítis bacteriana,
laringotraqueobronquitis y laringotraqueobroncopulmonía. La difteria laríngea
se debe a Corynebacterium diphtheriae
mientras que la traqueítis bacteriana, la laringotraqueobronquitis y la
laringotraqueobroncopulmonía se deben a una infección viral primaria con un
crecimiento secundario de bacterias. Las bacterias implicadas más habitualmente
son Staphylococcus aureus, Streptococcus
pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis.
Minimizar el contagio
Para
reducir el impacto de la gripe sobre la población y reducir las complicaciones
graves, es necesario seguir escrupulosamente las medidas para prevenir el
contagio, aunque dichas medidas (que encontrarás más abajo) se complican cuando
estamos hablando de niños. El virus influenza generalmente se transmite de
persona a persona a través de unas gotitas de secreciones respiratorias (nasal,
bronquial o saliva), que contienen el virus y que se expulsan habitualmente al
aire con la tos, los estornudos o simplemente al hablar.
También
se puede transmitir al tocar objetos contaminados con virus de la gripe, como
pañuelos, utensilios de comida, superficies de mesas, ordenadores, etc., y
luego tocarse la boca, la nariz o los ojos. Los niños pequeños pueden infectar
desde 6 días antes, y los lactantes desde 10 días antes del inicio de los
síntomas. Por suerte, el virus de la gripe puede ser inactivado muy fácilmente
mediante el uso de desinfectantes o detergentes comunes.
Medidas
preventivas
A
continuación presentamos una serie de medidas de higiene sencilla y efectiva
para evitar contraer o contagiar la enfermedad:
- Lavarse las manos frecuentemente, con agua y jabón desinfectante, entre 10 y 20 segundos, también entre los dedos y las muñecas. Especialmente después de toser, estornudar o usar el baño, y siempre antes de comer.
- Evitar el contacto directo con personas enfermas de gripe o con síntomas.
- No toser ni estornudar al aire, sino cubriéndose la nariz y la boca con un pañuelo desechable y luego tirarlo a la basura.
- Evitar tocarse la nariz, la boca o los ojos, pues son vías de entrada frecuente.
- El niño debe permanecer en casa y no acudir al colegio para evitar contagios.
- Ventilar y permitir la entrada de sol en casas, colegios y lugares cerrados durante 15 minutos al día.
- No compartir nunca utensilios que hayan podido estar en contacto con saliva o secreciones.
- Evitar los besos o dar la mano al saludar.
- Mantener limpios y desinfectados picaportes, barandillas, baños, mesas, ordenadores, teléfonos y objetos de uso común.
- Desinfectar especialmente juguetes, instrumentos musicales, lápices y material escolar compartido.
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